A veces la córnea puede ser dañada por un objeto extraño que ha penetrado en el tejido, por ejemplo, de un piquete en el ojo. En otras ocasiones, bacterias u hongos de una lente de contacto contaminada puede pasar a la córnea. Situaciones como éstas pueden causar inflamación dolorosa e infecciones de la córnea llamada queratitis.

Estas infecciones pueden reducir la claridad visual, producir vertidos de la córnea, y tal vez erosionar la córnea. Infecciones de la córnea también puede conducir a la cicatrización corneal, lo que puede perjudicar la visión y pueden requerir un trasplante de córnea. Como regla general, más profunda es la infección de la córnea, más graves son los síntomas y complicaciones.

Cabe señalar que las infecciones corneales, aunque relativamente infrecuentes, son la complicación más grave de lentes de contacto. Las infecciones de la córnea son comúnmente tratadas con gotas oculares anti-bacterianas. Si el problema es grave, puede requerir tratamiento con antibióticos o antifúngicos para eliminar la infección, así como antiinflamatorios esteroides para reducir la inflamación. Las visitas frecuentes a un profesional de la visión pueden ser necesarias para eliminar el problema.